Dolor de rodilla en niños
El dolor de rodilla es una queja común en los niños y puede ser causado por una variedad de factores que van desde lesiones menores hasta condiciones médicas más serias. Comprender las causas, los métodos de diagnóstico y la importancia de la evaluación por un especialista en traumatología pediátrica es crucial para garantizar un tratamiento adecuado y prevenir complicaciones a largo plazo.
Causas comunes del dolor de rodilla en niños
- Lesiones traumáticas:
- Contusiones y golpes: Suceden por caídas o actividades deportivas.
- Esguinces o torceduras: Lesión de ligamentos por movimientos bruscos o sobrecarga.
- Fracturas: Aunque menos comunes, las fracturas pueden involucrar los huesos de la rodilla, como la rótula o el fémur distal.
- Dolor por crecimiento:
- Enfermedad de Osgood-Schlatter: Una inflamación del tendón rotuliano en el punto donde se une a la tibia, frecuente en adolescentes activos.
- Síndrome de dolor femororrotuliano: Común en preadolescentes, especialmente en niñas, debido a desalineaciones patelofemoral o sobreuso.
- Causas inflamatorias y sistémicas:
- Artritis juvenil idiopática: Enfermedad autoinmune que causa inflamación persistente.
- Infecciones: Artritis séptica o bursitis causada por bacterias.
- Problemas estructurales o congénitos:
- Luxación de la rótula: Puede ser recurrente en niños con hiperlaxitud articular.
- Displasias óseas: Alteraciones en el desarrollo óseo que afectan la articulación de la rodilla.
Diagnóstico del dolor de rodilla
Un diagnóstico adecuado requiere un enfoque sistemático:
- Historia clínica: El médico explorará cuándo comenzó el dolor, su intensidad, duración, factores desencadenantes y síntomas asociados como hinchazón o fiebre.
- Examen físico: Incluye la evaluación de la marcha, movilidad articular, estabilidad de la rodilla, y signos de inflamación o trauma visible.
- Pruebas complementarias:
- Radiografías: Detectan fracturas, dislocaciones o malformaciones.
- Ecografía: Útil para evaluar tejidos blandos, como tendones o bursas inflamadas.
- Resonancia magnética (RM): Se usa en casos más complejos, como lesiones de meniscos o ligamentos cruzados.
- Análisis de sangre: Para descartar infecciones o enfermedades inflamatorias.
La importancia de consultar a un traumatólogo pediátrico
Un traumatólogo pediátrico tiene la formación especializada para diagnosticar y tratar condiciones ortopédicas en niños, considerando sus características únicas de desarrollo óseo y articular.
- Prevención de complicaciones: Un diagnóstico incorrecto o tardío puede causar problemas crónicos como deformidades, limitaciones funcionales o artritis temprana.
- Tratamientos específicos para niños: Los huesos y articulaciones infantiles tienen una capacidad de curación diferente a la de los adultos, por lo que los tratamientos deben adaptarse a su fase de crecimiento.
- Rehabilitación y seguimiento a largo plazo: El especialista no solo trata el dolor inmediato, sino que también trabaja en la recuperación funcional del niño y en prevenir recurrencias.
Conclusión
El dolor de rodilla en niños nunca debe ignorarse, ya que puede ser el primer signo de una lesión o condición médica más seria. La consulta temprana con un traumatólogo pediátrico garantiza un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado, ayudando a los niños a recuperar su movilidad y bienestar. Ante cualquier síntoma persistente o severo, no dude en buscar atención médica especializada.

