Es una inflamación de la inserción del tendón rotuliano en la tuberosidad tibial. Se produce por una irritación o sobrecarga repetitiva en esta zona durante el crecimiento, lo que genera dolor e hinchazón.

¿A quién afecta?

• Es más frecuente en adolescentes activos, entre los 10 y 15 años.
• Afecta más a los varones, aunque la diferencia se ha reducido con el aumento de la participación femenina en deportes.
• Es común en deportes que implican correr, saltar o cambios rápidos de dirección, como el fútbol, baloncesto o atletismo.

Causas

• Durante el crecimiento, los huesos, músculos y tendones no crecen al mismo ritmo, lo que genera tensión en las áreas de unión.
• La repetición de actividades físicas intensas provoca microtraumatismos en la inserción del tendón.
• En casos más graves, puede desarrollarse un fragmento óseo en el punto de inserción.

Síntomas

• Dolor localizado en la tuberosidad tibial, debajo de la rótula.
• Hinchazón y sensibilidad en la zona.
• Empeoramiento del dolor con la actividad física y mejora con el reposo.
• En casos avanzados, puede notarse una protuberancia ósea palpable.

Diagnóstico

El médico realiza un examen físico y, en algunos casos, se usan radiografías para confirmar el diagnóstico y descartar otras condiciones.

Tratamiento

1. Reposo y control del dolor:

• Reducir o modificar las actividades físicas que desencadenan el dolor.
• Uso de compresas frías para disminuir la inflamación.

2. Fisioterapia:

• Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, especialmente del cuadríceps y los isquiotibiales.

3. Medicación:

• Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como ibuprofeno, para aliviar el dolor.

4. Uso de ortesis:

• Bandas de soporte infrarrotulianas para reducir la tensión en la tuberosidad tibial.

5. Casos graves:

• Muy raramente, se requiere cirugía para retirar fragmentos óseos o exéresis de la prominencia, pero está indicada en pacientes que han alcanzado la madurez esquelética.

Pronóstico

• Generalmente, desaparece cuando el adolescente completa su crecimiento (hacia los 18 años).
• En algunos casos, pueden quedar protuberancias óseas permanentes, pero rara vez causan problemas funcionales.

Prevención

• Calentamiento adecuado antes de la actividad física.
• Uso de calzado adecuado y técnica correcta en deportes.
• Incorporar ejercicios de estiramiento para mantener la flexibilidad.

Ilustración de una rodilla donde se muestra la zona sintomática  de la Enfermedad de Osgood-Schlatter en relación a la inserción del tendón rotuliano.