Fracturas de codo

Las fracturas de codo en niños son uno de los tipos de lesiones ortopédicas más comunes en pediatría, representando hasta el 10% de todas las fracturas infantiles. Debido a la particular anatomía y el desarrollo en crecimiento de los huesos de los niños, estas fracturas presentan características y desafíos específicos en su manejo. En términos generales, las fracturas de codo en niños pueden involucrar estructuras como el húmero distal, el radio proximal y el cúbito proximal, siendo las más comunes las fracturas supracondíleas del húmero.

Tipos Comunes de Fracturas de Codo en Niños:

  • Fractura supracondílea del húmero: Es la más frecuente y ocurre principalmente entre los 5 y 7 años de edad. Suele ser causada por caídas sobre el brazo extendido.
  • Fractura de cóndilo lateral: Involucra la parte lateral del húmero distal y es común entre los 6 y 10 años.
  • Fractura de epicóndilo medial: Suele estar asociada a luxaciones del codo y puede ocurrir en niños que practican deportes o caen sobre el brazo en una posición particular.
  • Fractura de cabeza radial: Es menos común, pero también se presenta por caídas con el brazo extendido, y puede ser difícil de diagnosticar debido a la falta de desplazamiento en algunos casos.

Complicaciones Frecuentes:

  • Lesiones neurovasculares: Debido a la proximidad de los nervios (especialmente el nervio cubital, mediano y radial) y las arterias (como la arteria braquial), las fracturas de codo en niños pueden llevar a lesiones de estos tejidos. Las fracturas supracondíleas, por ejemplo, pueden comprometer la circulación del antebrazo, provocando el síndrome compartimental y aumentando el riesgo de necrosis avascular.
  • Rigidez articular: La inmovilización prolongada y la falta de rehabilitación adecuada pueden causar pérdida de movimiento en el codo, lo cual es especialmente problemático en niños debido a su necesidad de movilidad para el desarrollo físico normal.
  • Consolidación en posición incorrecta (malunión): Las fracturas mal alineadas pueden sanar en una posición incorrecta, lo que lleva a deformidades angulares o de rotación que afectan el movimiento y la estética del brazo.
  • Retraso en la consolidación: En algunos casos, puede ocurrir un retraso en la formación de callo óseo, lo que prolonga el tiempo de recuperación y aumenta la vulnerabilidad a fracturas secundarias.
  • Necrosis avascular: La interrupción del suministro sanguíneo al hueso, especialmente en la cabeza radial o en el cóndilo, puede llevar a necrosis avascular, que compromete la funcionalidad del codo.

Importancia de la Valoración y Manejo en Traumatología Infantil:

  • Valoración adecuada: Es fundamental que el diagnóstico inicial sea preciso, lo que incluye un examen clínico minucioso y el uso de estudios de imagen, como radiografías en diferentes proyecciones. La valoración oportuna y adecuada permite la detección de fracturas desplazadas y posibles lesiones asociadas de los tejidos blandos (como los nervios y vasos).
  • Tratamiento adecuado y temprano: La mayoría de las fracturas de codo en niños requieren inmovilización en posición adecuada, y en algunos casos, reducción cerrada (sin cirugía) o abierta (con cirugía) para garantizar un alineamiento correcto. El tiempo es crítico, ya que una intervención tardía puede dificultar la recuperación completa.
  • Seguimiento y rehabilitación: El seguimiento es esencial para evaluar la correcta consolidación del hueso y prevenir o manejar complicaciones. La rehabilitación temprana es crucial para evitar la rigidez articular y asegurar una recuperación completa del rango de movimiento.

Relevancia de la Traumatología Infantil:

La traumatología infantil no solo considera el tratamiento de la fractura en sí, sino también las necesidades de desarrollo y crecimiento del niño. La intervención especializada y temprana en traumatología infantil permite:

  • Minimizar las complicaciones a largo plazo, como la deformidad angular y la discrepancia de longitud en los huesos.
  • Garantizar que el niño recupere la función completa de la extremidad, lo cual es esencial para sus actividades diarias, su rendimiento académico y su desarrollo psicomotor.
  • Identificar la necesidad de intervención quirúrgica o seguimiento especializado para evitar que problemas iniciales generen discapacidades permanentes.

En conclusión:

las fracturas de codo en niños requieren una valoración exhaustiva y un tratamiento adaptado a su anatomía y proceso de crecimiento. Las complicaciones, si no son tratadas adecuadamente, pueden generar secuelas que afecten su funcionalidad y desarrollo. La traumatología infantil desempeña un papel clave en el diagnóstico y manejo de estas lesiones, enfatizando la necesidad de una atención especializada para asegurar una recuperación óptima y minimizar riesgos a largo plazo.

Imagen de una ilustración anatómica de las diferentes fracturas comunes en el codo.

Radiografías realizadas antes de la cirugía.

Fracturas supracondilea (línea de fractura en rojo).

Radiografías realizadas en quirófano durante la cirugía.

Intervención quirúrgica  mediante reducción cerrada y osteosíntesis con agujas.